Los anillos intracorneales, son dos anillos en semicírculo de metacrilato de grosor variable, que se implantan en el ojo como alternativa quirúrgica para evitar el trasplante de córnea en el tratamiento de las ectasias corneales.
Su función es regularizar la superficie del ojo e intentar detener la evolución de las ectasias corneales, que es el adelgazamiento progresivo del espesor corneal que aumenta su curvatura y causa astigmatismo propio de la enfermedad del queratocono. La mayoría de los pacientes no se dan cuenta de que la padecen hasta que ya está muy avanzado.
Al implantar estos anillos se refuerza la córnea, frenando la progresión del queratocono y ayudando a mejorar la agudeza visual.
El oftalmólogo determinará si es el tratamiento indicado para el paciente, ya que no todos son candidatos para este tratamiento. Se diagnosticara en caso de:
Tras realizar una minuciosa exploración preoperatoria, de determinará con mayor precisión qué tipo de anillos intracorneales necesita el paciente y donde serán implantados. La operación consiste en crear unos “túneles o canales” en la capa central de la córnea, donde el cirujano implantará los anillos siguiendo el canal.
La intervención se realiza en un ojo por vez y en caso de ser necesario en ambos. Se espera aproximadamente un intervalo de 30 días entre la cirugía de un ojo y la del otro.
Esta técnica es completamente reversible.
La recuperación de la vista suele ser rápida, por lo regular entre 48 y 72 horas después del procedimiento en condiciones normales. La estabilización corneal se produce cerca de las 12 semanas después.
Esta técnica no pretende corregir toda la graduación, aunque el paciente si podrá percibir que mejora la visión. Le ayudará a tolerar las lentes de contacto ya que se regulariza la córnea o a ver mejor con gafas.